Las fotografías de niños nos encantan porque son seres libres, no viven condicionados, sueñan y ríen sin miedo. Son increíbles de fotografiar porque son espontáneos. Lo que siempre buscamos son esas miradas tiernas, esos gestos, únicos. No nos gustan los atrezzos en exceso porque nuestro objetivo es conseguir imágenes que emocionen, que sean ellos los que destaquen en cada imagen.
En esta sesión infantil en exterior pasamos una tarde maravillosa con Claudia y Rafa, dejando que fueran ellos mismos, que compartieran y jugaran a lo que su maravillosa imaginación les inspiraba. No hace falta mucho más, los niños son un gran potencial de creatividad, es maravilloso contemplar cómo con tan poco logran tanto, todo un aprendizaje para los menos niños.