Tarde de junio, frente a la torre Eiffel, con un atardecer espléndido y nosotros sentados de picnic. Mientras, Sergio no paraba de observarnos desde todos los ángulos… Al principio era una sensación rara, no estamos acostumbrados. Sientes como si te espiaran, pero poco a poco se vuelve natural, hace que sea natural, como si estuviéramos solos. Nosotros dos solos, en ese lugar donde hace ya cinco años empezó nuestra bonita etapa parisina.
Teníamos la sensación de despedida, de decirle adiós a esta ciudad, la capitale de l’amour…Queríamos tener un recuerdo de esta preciosa etapa en Francia, y qué mejor manera que haciéndonos un reportaje pre boda en París.
Paso a paso recordábamos todas esas anécdotas vividas en estos nueve años juntos. Respirando ese rico olor a crepes de Nutella, a mantequilla francesa, disfrutando de la maravillosa arquitectura que nos regala la “ciudad de la luz”. El museo del Louvre, Montmartre, los mercados locales, el puente de Bir-Hakeim, Notre Dame… Y no podía faltar el aroma del rico café, en La Caféothéque.
Los picnic en el césped, los paseos en bicicleta, las charlas casi eternas a orillas del Sena, y cómo no, ese acento francés tan romántico y difícil de pronunciar…pero que enamora.
Como al final de la película, cuando Rick Blaine, interpretado por Humphrey Bogart, despide en el aeródromo de Casablanca a Ingrid Bergman, en el papel de Isla Lund, le dice “Siempre nos quedará París”.
Silvia y Fede