Los reportajes preboda son una ocasión inigualable para conseguir buenas fotos de pareja, un trabajo profesional que refleje a los novios antes de casarse. Si además, se le añade el hecho de que sirve para romper la dinámica de nervios de preparación del enlace, se convierte en todo un evento para desconectar y pasar un buen rato.
Marta es tinerfeña y Mikel es vasco. Se conocieron en Inglaterra trabajando. Querían el reportaje preboda en las islas, en una zona de costa, cálida, donde poder disfrutar de una tarde diferente, divertida, romántica y con un paisaje paradisíaco.
Siempre decimos que nos gusta escuchar a nuestros clientes. En este caso, lo pusieron fácil. Querían el reportaje preboda en Adeje, con el sol y el mar, y lo teníamos todo a mano.
Nos fuimos con ellos a La Caleta, al sur de Tenerife. Disfrutamos de un atardecer que nos ha regalado fotografías únicas y llenas de contrastes. El cielo inmenso y el azul del mar enmarcado en las rocas volcánicas y la arena natural de la playa de Diego Hernández.
Tuvimos la suerte además, de que Marta y Mikel se desenvolvieron fenomenal. Son una pareja alegre y divertida. Tardaron poco en dejar atrás los nervios, relajarse y disfrutar sin más del paseo y de la playa. Mientras, nosotros, íbamos y veníamos cazando momentos con nuestras cámaras. Saltaron, pasearon, exploraron desde las rocas, los libros que había allí expuestos hasta la playa. Se dejaron llevar consiguiendo que la experiencia de fotos preboda fuese para todos muy positiva. En definitiva, se lo pasaron bien y eso siempre se nota en el resultado. Porque, como siempre decimos, la sesión de fotos es también toda una experiencia, y eso suma.
Verán que los novios eligieron para la sesión dos looks sencillos y armónicos. Tonos claros, pasteles, aunque con alguna diferencia no muy marcadas en el estilo, los patrones y los tejidos. Y la ropa de baño, para estar cómodos y jugar en la playa.
Conjuntarse es una buena apuesta para afrontar un reportaje de fotos preboda porque crea sensación de equipo, de complicidad. Además, ellos tuvieron el acierto de ajustar el estilismo al escenario, tonos que tienen mucho que ver con la playa y con el mar y que, al ser tan limpios, nos han regalado fantásticos contrastes tanto al trabajar en color como en blanco y negro.
Hacerse una sesión preboda en la playa no significa tener un montón de fotografías iguales y eso, como fotógrafos de boda, lo tenemos muy claro. Se puede apostar por un enfoque original y diferente en cada situación, aunque el lugar elegido sea el centro de una ciudad o un paraje escondido en el entorno de un volcán. Lo importante es conseguir que la pareja se sienta cómoda y en un lugar donde se pueda desenvolver con naturalidad. Que sean ellos dos y nada más.